Como todo producto de autor, nuestro Ballena Gin tiene mucho del equipo detrás. Después de un proceso de desarrollo de casi dos años, el destilado que hoy tienes en tus manos es nuestra versión de la combinación perfecta de ciencia, ingeniería, arte y poesía.
Para hacernos cargo de esa aseveración, tenemos que contarte del proceso para hacer Ballena. Pero antes de eso, será mejor responder a la pregunta ¿Por qué un gin? ¿Por qué un gin Chileno?
Uno siempre gravita hacia lo que le gusta y lo que sabe hacer, y de alcoholes sabemos. Patricio, nuestro maestro destilador y enólogo, tiene más de 15 años de experiencia en una de las principales viñas del país. Francisco, bioquímico y doctor en ingeniería, ya se ha dado un par de vueltas emprendiendo en este ámbito. Carolina, ingeniero civil y doctora en ingeniería, trae toda la experiencia de trabajo en plantas productivas, buenas prácticas y experiencia en el desarrollo de procesos industriales. Y finalmente, Loreto, con experiencia en innovación, es la autora del poema que está en el reverso de la etiqueta, el cual hace homenaje a las ballenas, que dan el nombre a nuestro producto.
Entonces, ¿por qué un gin? Dentro del mundo de los destilados, el gin ofrece la paleta más amplia y exquisita de aromas y sabores. El arte está en la combinación de estos elementos, que finalmente darán el carácter al gin. Para hacer Ballena procesamos más de 30 botánicos, desde los clásicos como el enebro, semilla de cilantro, raíz de angélica, raíz de lirio, la piel de naranja, y la piel de limón; frutos y flores como frambuesa, pomelo, sauco, romero y lavanda, hasta botánicos endémicos como el molle, el canelo o el maqui, entre otros. Los destilamos cada uno por separado, con maceraciones en distintas concentraciones y tiempos de maceración, por arrastre de vapor o por cocción directa. Evaluamos combinaciones y maridajes, para finalmente arribar a una composición de 13 botánicos que le dan a Ballena un carácter único, fresco, elegante y sutil.